domingo, 23 de septiembre de 2007

Unas horas después...

El día existió alrededor de la carrera.

Me puse en situación y preparé la mochila con lo que pudiera necesitar: muda, gel, toalla, chanclas de ducha, tostadas, york, plátanos, un tenedor, y un taper con verdura.
Puse ruta hacia la carrera. Es increíble la cantidad de agua que puede entrar en un lavacoches por una rendija ínfima...

Llegué y me situé dónde parecía tener reservada una plaza estratégica; frente a la salida, la meta.
Mi plan era inspeccionar el terreno, y así hice. Salí y empecé a caminar al borde del río, localizando las referencias que tenía para los giros. Bien. Todo parece llano y aún no veo el 1% de desnivel por ningún lado.
El viento viene de frente según se toma la salida. Se me ocurre pensar dónde tendré al sol para la hora del inicio y decido que es más extraño preguntar dónde está el norte que preguntar la hora.

Voy a por la cámara y fotografío curiosidades.
Llega un camión, baja un lateral descubriendo un escenario. Se despliegan gentes con cajas, con precintos, reparten las vallas que había amontonadas al pie del kiosco. Allí pegan las listas de inscritos. Anoto mi número de dorsal, calculo participantes, cuento nombres reconocibles de mujeres (¡no, otra vez, no! ¿Sólo cinco de diferentes categorías?).
Gotean más participantes.
Recojo el dorsal, me retiro y cargo energía escuchando "Sultans of swing" de Dire Straits.
Disfruto contemplando la dispersión variada en direcciones, movimientos, y posiciones de los corredores.
Yo, estiro y caliento a tiempo y sin tiempo de agotar las reservas que necesito.

El disparo de salida parece pillar por sorpresa a los que nos estamos aproximando.
Tengo la promesa de ir a mi ritmo, pero me veo envuelta en la corriente de aire que genera la bandada.
Tomo mi posición... me alineo con una pareja tan considerada como yo, que parece que nos dé reparo adelantarnos. Se me escucha respirar y el chico mira hacia mí, nos da ánimos a ambas. Me dice que dé zancadas más cortas, que me fatigaré menos y le hago caso.
Voy rezagándome y echándome a un lado para no preocupar. Pero mira para atrás de vez en cuando. Gesticula y yo sonrío, que es lo que puedo hacer.
Siento, tras de mí, un motor; me preguntan si soy la última: eso creo... Entonces recoje un cono, y reabre el tráfico por allí.

A la orilla de la carretera, me aplauden que vaya tranquilina; me animan desde una ventana. Las ideas son buenas, pero algunos se hacen un lío: "lo importante es llegar, no ganar".
La repregunta: -"¿última?" -"¡Sip! :)"
Me adelanto a la cara espectante que interpreto: -"¡Última!". También se hace un lío y me dice: "¡Que no llegas!".
¿¿¿Qué no llego??? ¿¿¿QUE NO LLEGO??? Nenina, no sabes lo que has hecho. Acabas de despertar a la bestia parda que hay en mí. Y me pongo a dar unas zancadas que son mis pies los que hacen girar a la Tierra sobre su propio eje.

Al fondo, tras la meta, las gaitas sonando y me entran ganas de gritar. Y me siento como una Braveheart cualquiera.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Levantada con el pie de atleta


Que nadie se preocupe. Sigo centrada y dispersa -todo es compatible- en mis correres.

Si os fijais en la columna de la izquierda, bajo el título "Tengo un pasado" aparecen los datos de mis 3 últimos entrenamientos. Estos datos enlazan con la página -saber yo de su existencia es por cortesía de Elmorea- dónde constan el resto -tenderemos a ello; tengo que hacer el trasbase manual y uno a uno, desde otra página sin acceso público- de mis anteriores entrenos.
No sé si reflejará, pero mi idea es mantenerme en correr 5 km como mínimo, día sí día no, a poder ser. Y también, ir rebajando el tiempo invertido en hacer esa distancia.

Estoy en un momento que no sé si, de seguir así, tengo posibilidades de progresar.
Durante los dos primeros meses de esta "cruzada" sí he experimentado una gran mejora. De no más de 4 minutos que podía correr seguidos y agonizando, a la hora y cuarto que se ha probado que puedo correr comedidamente.
El principio se lo debo al programa de entrenamiento esa página que decía. Despacio, pero mejoraba. Ahora soy yo quien los planifica, y me he quedado estancada.

Lo cierto es que me es difícil sacar tiempo para aumentar la duración de cada entreno. Pero tal vez, a base de correr cincomiles, pueda permitirme correr una media o una maratón un buen día. ¿Fantasías animadas de ayer y de hoy?

Y en esta balsa de evolución, todo cuenta: una temperatura corporal salubre para nuestro corazón, debida a "tejidos técnicos"; un calzado flexible, oreado, que se integre y no que pelee contra nuestros pasos; una alimentación energética pero ligera en su digestión; un tránsito respiratorio que no nos colapse; la hidratación y el restablecimiento de minerales y sales esenciales...

Así que sí, observo mis constantes y estudio las variaciones.
He buscado el motivo y la importancia o gravedad de que últimamente me sobresalgan algunas venas del cuerpo. No hay que alarmarse.

Etc.

Continuará (o no)

martes, 11 de septiembre de 2007

Olfateando el éxito

¿Por qué nadie me había dicho el tiempo de recuperación tras el paso de un niño?

Por fin retorno a la rutina de entrenos. Tengo ganas de adentrarnos en el invierno, sospecho que me va a ser muy propicio.

Por un lado, el frío me saca partido (o el calor me mata), y, por otro, la alternativa a las tiritas de narices: las duchas nasales.

Tengo, desde antes de la fiebre corredora (a.d.f.c), un ejemplar de solución de agua marina ¡isotónica! y esterilizada, de envase no rellenable.

Pero he dado con el artefacto económico que se adaptará a mis necesidades fisiolo-filosóficas.
La ducha nasal.
"Cura los desórdenes debidos a la flema y ¡¡¡aumenta la visión interior.!!!"
"La limpieza nasal yóguica (Jala Neti) es una de las técnicas purificatorias conocidas desde hace milenios y se utiliza para limpiar las cavidades nasales. Es una técnica muy sencilla, práctica, segura y de gran utilidad para el occidental, ya que permite incrementar la capacidad respiratoria (cantidad y calidad), ayudar a prevenir y mejorar muchos tipos de desórdenes como alergias, congestión nasal, resfríos, asma, sinusitis, bloqueos nasales crónicos, respiración por la boca, limpiar el smog acumulado y en definitiva sentir el aire fresco y puro conectándose con la respiración e incrementando la energía vital de todo el organismo.
Además son conocidos los efectos de la práctica de Jala Neti en cuanto al alivio de tensiones mentales y dolores de cabeza. Una práctica regular de Jala Neti ayuda a equilibrar las condiciones de temperatura y humedad que la nariz necesita para funcionar adecuadamente. Según el Yoga se agregan a estos beneficios físicos, otros del tipo energético ayudando a equilibrar las energías del cuerpo (prana) y equilibrando la mente...
La consecución de la técnica involucra un recipiente especialmente diseñado lleno de agua tibia y levemente salada al 9 % (recipiente neti o "lota"). Inclinando la cabeza de forma lateral y hacia un costado se coloca el pico del recipiente en una de las fosas nasales haciendo atravesar la solución salina desde una de las fosas hacia la fosa opuesta haciendo salir el líquido por esta última, respirando mientras tanto por la boca. Se hace pasar el agua en ambas direcciones para que la limpieza sea completa. Luego se termina con un adecuado secado de la nariz.
Esta técnica se puede realizar de forma diaria como parte integral de la disciplina yóguica y con su práctica se obtienen beneficios para el cuidado de la salud y el bienestar psíquico."

Compro. Ahora que siento la nariz por dentro como alicatada con baldosas de tiza...

jueves, 6 de septiembre de 2007

Días de sobreentreno

104 escaleras, jornada laboral, hacer de toro mecánico, el croqueta, de noria, de pared de rappel... ¡criaturitas!

domingo, 2 de septiembre de 2007

Tiranteces

Me estoy convirtiendo en una cobaya humana. O una consumista correora. Ya lo decía Pablo, que en vacaciones esté...

He probado el gel energético que compré y un invento que he observado en las fotos de muchos corredores: las tiras nasales.

Las estrené en el entreno de hace tres días sin brillantes resultados y ayer reincidí en un ramalazo no sé si reconciliador, de olvido, de empeño o de síndrome antiderrochador de posguerra.

Descarté el color carne (caucásica) y elegí las tiras transparentes. Luego, en casa, descubrí que también en ésto hay tallajes (tuve suerte. No diré más...). Pensaba que estas tiras serían como esos parches que desprenden alguna sustancia que va absorbiendo la piel, pero no. Consisten en una tira plástica flexible que se amolda y adhiere a la piel e, intentado recuperar su posición anterior, levantan la piel (y carne) exterior de los conductos nasales, y facilitan así la respiración. Utilizadas para practicar deporte, dice el prospecto, "pueden reducir la frecuencia cardíaca y mejorar la eficiencia corazón-pulmón". No lo he notado.

Yo no, pero mis conciudadanos sí: llegada a casa, descubro, en mi reflejo, los extremos de la tira levantados, cual alerones. Me abochorno y pruebo a ver qué aspecto me habrán dado bajo cada lente de mis gafas de sol... ¡En fin...!