lunes, 29 de octubre de 2007

Cuesta arriba en la rodada

El propio letrero lo indica: "Camín de la cuesta".

Y, parece que la experiencia ha demostrado la necesidad de poner esa "letrina química" para cuando se visualiza ya el primer inofensivo tramo de la subida.
Pero, la condición humana es, a menudo, cruel.

Subí justo lo que se ve, y cuando divisé la inclinación (28% no son 28º de transportador, ni 28 tropicales grados centígrados), tras la curva (350 metros deben de ser: "... se encuentra una corta y dura cuesta, ideal para ponernos a prueba, son tan solo 350 m pero la parte del 28 % nos deja las piernas como la gelatina, ..."), seguí andando ya que estaba allí.

Impracticable. De hecho, lo que mayor referencia hacía a deporte, era una bici... metida en un coche.
Los vecinos han ido emigrando de la aldea. Los que quedan se extrañan y sospechan de los forasteros que llegan, que fotografían palomas del tamaño de halcones (o empezaré a pensar que tengo la vista difuminada).

Así es que me fui, y corrí dónde casi siempre los 13'8 Km. que constan en el runningahead. Desgasté la cadera un poco, y no se me ha ocurrido otra cosa, hoy, que subir escaleras andando.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Alt+Tab

Anoche, mi ánimo empezó a rebotar por la habitación como una bola de goma en el interior de un cubo sin rozamiento, y aun no ha parado, claro.

Supe que ya hay fecha para el "XXIX Cross Popular Villa Gijón" (en cuanto rehabiliten el enlace con la descripción, la ortofoto y el perfil, modificaré este vínculo) -que le tenía yo ganas por "en casa" y "factible"- y que puedo correrla: día disponible.
Será el próximo 4 de Noviembre. ¿Familiar fecha? Efectivamente, tedrá lugar también el Maratón de Nueva York. Y el de Buenos Aires. El mío será mi ultramaratón.

Esta mañana he salido a correr 15 km (La carrera será de 11'9 Km). Ayer compré una camiseta polar y unos guantes. El frío empieza a darme codazos y la variación de temperaturas me pone las manos como particularmente motivadores "manojos de" que diría una amiga.
Empiezo a desprender a regaña¡dientes!, como en un block de notas, los cuatro folios de instrucciones de lavado, información de origen, código de barras y hoja en blanco que ocupan la palma de la mano en el interior de guante, y descubro que he confeccionado una abertura-inserto del meñique un tanto paradójico en un guante no mitón y en una usuaria Cincodedos.

Salgo sin guantes, pero con camiseta polar. No llueve, dejo el chubasquero.
En la mano, llevo el apunte de tres opciones: el número de vueltas a mi circuito habitual que corresponden a 5, 10 y a 15 km.
Espero no tener dificultad hoy para los 5 km. Los 10 Km., si todo va bien, como mínimo. Y, si estoy fresca como una lombarda, hasta los 15 Km.

Según corro, voy abriendo ventanas en mi cabeza. Reconsidero mis alternativas. Pasar de 10 a 15 km. es incrementar en un 50%, y la prescripción habla de subir en un 5% semanalmente. ¡Lo mismo me da un algo!
Seamos cautos y conservadores en esta ocasión: ¡12 km, adjudicados! (incremento 20%...)
A ver si me da tiempo a calcular las vueltas que tengo que dar...
Alterno ventana Voy en la vuelta dos, dos, dos, 2, dos.....
Alt+Tab Con 7 y pico vueltas hago 10 Km. El resto de pico hacen 11 Km, así que 8 vueltas más... más 1 km. desde el km. 0, que es dónde me dejan los 11 km. ¡Perfectlyú!
Alt+Tab Vuelta 3, tres, tres, Tres...
Alt+Tab Sé contar hasta 8, pero me pierdo. ¿Bloque de 3 vueltas no disuasorias, bloque de 1, bloque de 3, bloque de 1? No, que se me olvida en el 1 de qué bloque estoy.
Bloque de 3, bloque de 1 que es el 4º, volvemos a bloque de 3, ésto es "2.1, 2.2, 2.3", más bloque de 1, y finalmente, 1000 metros.
Alt+Tab Hoy es 24. Hasta el 4, quedan... 12 días. ¿para cuantos entrenos tengo? ¿cómo los planifico?
Alt+Tab Vuelta 1, vuelta 1, uno, uno, uno...
Alt+Tab ¿Cuantas vueltas tenía que hacer? Opera, opera rápido, Correora... 8 y mil metros, 8 y mil metros...
Alt+Tab ¿en qué vuelta iba? Recuerda, ¿cuántas veces has pasado por aquí? ¿recuerdas haber dicho por segunda vez, "dos, dos, Dos, 2...", "tres, 3, Treeees"? Nada me suena, ¡ay!
Voy en la vuelta dos o tres, vuelta 2 ó 3, 2 ó 3, Dos o Tres...
Tranquilidad, el ritmo es el habitual. No me he acelerado aún, porque hago más distancia, y estoy en torno al tiempo que me llevan 10 Km, poco más.
Me quedarán 1 vuelta y mil metros más.
¡Pero necesito un Forerunner!
Alt+Tab ¡Oye, y que no me han dolido los lumbares en ningún momento, sin necesidad de adelantar el centro de gravedad de vez en cuando! Será por los descolgamientos de vértebras que he hecho antes de empezar.
Y así siempre, mis procesos mentales...

Ahora ya he cosido el guante (dejo el cuadernillo del otro para comparar en el próximo entreno y ver si tiene alguna utilidad). Y de paso, unas gomitas a lo hebilla en la mochila, para que las cintas no me fustiguen la cara, que tampoco es eso, aunque correr sea sufrido.

Sigo muy contenta por la buena nueva. Aunque me preocupa ese efecto cambio de rasante de la foto...

martes, 16 de octubre de 2007

Madre Tierra

Parece que me lleven por los pies por delante en una camilla, pero no; es que estoy con los pies levantados a pulso para que la torre entre en plano.

La idea era estrenar un circuito de cross que se me hacía apetecible.
Tres o cuatro pases sin localizarlo, pensando que si el mapa que ví sería al revés, que si sería de escalas variadas en sí mismo... y me lanzo a una campiña por la que al menos parecía poderse corretear.

Mochila a la espalda (hay que ir probando), inspecciono el recorrido que haré. Aquí también hay dos campos de fútbol... Me cruzo con un chico con pantalón de jinete. No veo caballos ni oigo relinchos.
Sigo a otro chico que corre (ataviado de atleta) y le pierdo tras unos matorrales (por separado).
De pronto, aterriza un enorme ave oscura, como de más de un metro de ancho con las alas extendidas, tras esos matorrales.
Yo avanzo, pero me temo que vaya a ser pasto de programa de Félix Rodríguez de la Fuente, con corredora despeñada por aguila muy real.

Me encamino hacia un terrenito (¡yo lo conozco! pero ¿dónde situarlo y orientarlo en el plano del circuito?) de forma extraña, unos chicos con bates y un marcador (allí está el chico con pantalón de, "jinete"). La pista termina y tengo que subir por un terraplén (luego encuentro una rampa alternativa) lleno de agujeritos. Espero que por ellos no acudan mil serpientes al sonido de la flauta que no toco. ¿Tal vez topos?
¡Clavos (los de Cristo, no)! ¡Si ésto es el circuito! La carretera que cruzar... ¡no es la nacional 632! (claro que, un poco raro, ya sería, sí) ¡es otra calzada paralela asfaltada! La próxima excursión, me pinto el plano.

Ahora ya procedo al calentamiento y ataco la carrera. La mochila (y la cámara, el móvil, llaves...) empieza a bailar en mi espalda y tengo que sujetarla con, al menos, una mano.
Según me aproximo a los jugadores, maquino la pregunta que me informe de las probabilidades de sufrir un pelotazo en mi cabeza.
Doy una segunda vuelta. Subo la rampa alternativa al terraplén y rompo un hilo de telaraña con la cara -juro que no había pasado tanto tiempo-.

Después de los 4 Km. y pico, me apoyo, para estirar, en un poste roñoso sin guantes de vinilo o silicona. Luego me tumbo en la hierba y siento el frio o la humedad de la madre tierra. Imagino las hormigas subiendo por mi pelo y no me importa.

sábado, 6 de octubre de 2007

Mejora el tiempo

Hoy he tenido tiempo para todo.

He trabajado, viajado, chocado, rellenado el parte amistoso, quitado la corteza de ropa desechable en el coche, comido un plátano y cogido tarde el bus que llevaba a la salida, barritas energéticas, llaves, dos imperdibles, dos euros y fotocopia del DNI encima..
Además, he llegado a meta y antes de lo previsible para mí...

No recuerdo que el sol apretase, ni la bruma envolviese el pueblo, ni hojas en la cuneta de la carretera, de modo que el tiempo mejora.

Con casi una hora de antelación a la estampida, dudo y decido atacar los estiramientos que luego ya compensaré con una dedicada contracción. ¡Estiramientos, muchos estiramientos y sobrestiramientos! Luego lo curo.
Se me ocurre otra actividad que es ir a un urinario. Hago una incursión en el bar más cercano y descubro que no soy la única. En esta actividad, hago unas series y pienso que ya sé para qué eran los dos euros...

Me pongo mis orejeras (miro el suelo más inmediato) y, desde mi posición, la del salmón lento que, contracorriente, remonta el río, veo rebasar a los otros salmones.
Al fondo, se divisan los lomos de las colinas velociraptoras. Lo sé y sugeriría que todos avanzásemos con más sigilo, de una sola pisada podríamos saltar del suelo a su boca.

Oigo conversar a mi escolta: ambulancia, fotógrafo y policía montada... en moto, sobre la pena que supone la diferencia de distancia entre unos y otros...
En la orilla, aficionados simpatiquísimos animan. Un bebé balbucea, desde el coche, su primer "¡amo, tica! (¡vamos, chica!)" para mí. Me preguntan por qué no les cojo a los otros. Con cada apoyo que recibo, me pongo contenta; no es que lleve la coleta muy tirante...

En las subidas y llanos, me lo tomo con calma: soy un motor con velocidad uniforme y potencia. En las bajadas dejo mis piernas sueltas sin necesidad de hacerlas frenar: no veo nada contra lo que estrellar. Aún así, suben mis pulsaciones.
El señor de delante, abandona. Avisa a la retaguardia que él ya ha cumplido, que por él no se preocupen.
Aprovecho la parte cerrada de cada curva. Trazo rectas de curva a curva (dentro de la superficie homologada).
Hay conos señalizadores que se me pasan por alto o no existen, y me sorprende gratamente saberme más adelante de lo que suponía.
Adelanto a uno, no vuelvo a saber de él, aunque no miro atrás.
A distancia prudencial, pregunto sobre qué dirección tomar; no me gustaría tener que retroceder...
Y, sin que eso ocurra, encuentro hasta tres señalizaciones de 6 Km. (¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?)

Una silueta se dibuja más adelante. Noto que lentamente me acerco a ella. Retumban mis pisadas. El hombre gira la cara. Tal vez me sitúo en el ángulo muerto de sus ojos retrovisores y se asusta. Tal vez se siente perseguido por un Doom (ojo, es una descarga. Puede accederse desde el sitio sin necesidad guadarlo en el pc), y acelera.
En el último kilómetro, serpenteando (licencia literaria) las calles, no hay espectador que no le dedique una frase y se me antoja que es un corredor-alcalde protegiendo su honrilla.
Bajo el arco hinchable, reducimos como en un rodar de adaptación a detenernos.
Se alarman: "¡No, no, seguid un poco más, subid hacia la derecha!".
Últimos metros en recta y llano. Aplausos. Un pasillo de caras y palmas que se estrecha. Un hinchable con la palabra "llegada".
Noto que estoy a punto de alcanzar al corredor-alcalde. Ha decelerado y se echa a la derecha.
Yo aflojo y me sitúo a su izquierda.
Una cara se adelanta y vocaliza "Apriiietaa, niñina!!!".
Cruzamos la meta y nos fundimos entre la gente. Me tienden una lata que sienta como el cielo.

jueves, 4 de octubre de 2007

La progresión geométrica

Según salía ayer tarde a correr, me di cuenta de que me dolía el pie derecho. Lo sentía agarrotado, como si me hubiera pasado la noche durmiendo a la pata coja en una rama.

Además, llovía. Suavemente, pero sí. Seguí adelante.
Vengo observando que no parece que a mucha gente se le ocurra rodar en exteriores cuando llueve...

Y estoy muy contenta porque, agregando hace unos segundos el entrenamiento en el runningahead, se descubre que por fin hago unas series no tan regresivas; que voy encontrando el puntillo a mis piernas, y voy a apuntármelas como una progresión aritmética.

Ahora espero no tener memorizado ese ritmo para este sábado, que no lo aguanto todo seguido.

lunes, 1 de octubre de 2007

Mi pulsómetro gastabromas

Tenía que hacerlo.

Hoy he corrido algo que creo que será parecido a la carrera del sábado.
Me he entrenado en un circuito de 10 Km. (ida y vuelta) con un ascenso del 6% durante 1.900 m.

Lo he llevado muy bien, y tomo nota de la correspondencia entre tiempos, frecuencias cardíacas y relieves del terreno, para orientarme en la próxima carrera.
Llano 2 km-14'-143 ppm
Cuesta arriba 1900 m + Llano 400 m.+ unos 480 m. de bajada+ resto medio-llano 30'-163 ppm. Casi mejor, lo explica este gráfico.
Primera parte del regreso-24'-155 ppm
Planicie del final del regreso 2 Km-12'-178 ppm

Lo he llevado muy bien, decía, en cuanto a sensaciones que se llama: ningún calor, respiraba bien, no subía fatigada, y me permitido el lujo de hablar más que nunca (en esas circunstancias). Pero mi pulsómetro me gasta bromas y dice que he alcanzado 202 ppm. Yo no he visto esa cifra en ninguno de los momentos en que lo miraba.

Sólo lo explicaría ese instante en que he divisado, a media distancia, un parque móvil de funerarias, que, ya más cerca, se han revelado como esos paquetazos de plástico negro, brillante y tenso, con hierba envasada al vacío que se hacen ahora y se posan en los campos.
O quizás el alma en pena con jersey rojo (cualquiera iba a sospechar) que salía de una ermita a quien he consultado al encontrarme frente a una bifurcación y, sin mediar palabra, ha empezado a señalar todas las direcciones, incidiendo en el hipnótico paisaje del puerto en lo hondo de un mar de bruma que no de agua.

El perfil de la carrera y otra información será éste, que parece más suave, pero no sé si ese menor ascenso (de -5 m a 32 m. sobre el nivel del mar, y no los 8 m. a 93 m. sobre el nivel del mar que me he pegado hoy) se dará en menor trayecto. Creo que sí.

Esta semana entrenaré otro día más, aunque no sé si hacer un entrenamiento más corto y suave, o corto pero intenso, de series o bien, sin parar, pero con variaciones de velocidad (ésto último no lo tengo muy logrado, no tengo mucho margen con el que jugar)